jueves, 19 de marzo de 2015

EL ÚLTIMO CARGADOR A INDIAS

En uno de mis paseos por El Puerto de Santa María,justo por la Avda. de la Baja Mar,observé  la parte trasera de la Casa de las Cadenas, ni que decir tiene que  en la actualidad, se encuentra gran parte de ella derrumbada y de  lo que aun se mantiene sobre sus cimientos, en un estado lamentable.Tuve la ocasión de dialogar con Pepe, el último habitante de tan insigne solar, hombre octogenario, buen concocedor de su Puerto natal y notario de todas las vicisitudes por las que ha pasado este palacete.
Me comentó, sobre las promesas de recuperación y restauración de dicha casa, que incluso se había librado los presupuestos para adecentar este monumento que supuso en su momento testimonio de la grandeza de España allende de los  mares y alojamiento de reyes como en el caso de Felipe V.
A Pepe, se le iluminaba el rostro con sus comentarios históricos, daba la sensación de que se había cruzado con el primer Borbón en esas escaleras majestuosas que conducen al edificio.

La Casa de las Cadenas fue residencia de Felipe V en viajes a El Puerto de Santa María, se construyó en los tránsitos de los siglos XVII-XVIII por Juan de Vizarrón Araníbar, caballero de la Orden de Alcántara y poderoso comerciante. Es un ejemplar de una tipología característica: la de las casas-palacio de cargadores de indias, notorias por sus dimensiones, ya que albergaban usos administrativos y servían de almacenes además de ser vivienda de sus señores, en las que los materiales nobles y la rica decoración manifestaban la fortuna de sus moradores. La casa presenta una amplia fachada a la Plaza del Polvorista compuesta por siete calles y dos cuerpos. En la portada principal, un gran hueco adintelado y enmarcado por molduras sobre el cual campea el escudo del fundador sostenido por sirenas, queda flanqueado por columnas toscanas elevadas sobre pódium que sustentan un entablamento sobre el cual vuela el balcón. En la Calle de las Cadenas se sitúan dos accesos secundarios: una portada sencilla con arco rebajado sin elementos decorativos y otra, más monumental, adintelada, con pilastras con sillares de orden rústico sobre esbeltos pedestales, dintel con dovelas en derrame y escultura en la clave. En el interior se abre un gran patio porticado cuyos arcos descansan sobre columnas toscanas de mármol blanco. Por medio de una amplia escalera se accede a la planta noble. El piso alto, destinado a las habitaciones de los señores, apenas conserva su antigua estructura debido a los atajos y tabiques que la necesidad de adaptarlo a su actual destino como casa de vecinos impuso. El elemento más destacado es la galería de arcos de medio punto del patio, que presentan las características cadenas colgantes que dan popularmente nombre a la Casa.

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